Por Susana Meléndez @sussybombon Si eres una mujer que puede pagar sus cuentas, tienes objetivos personales, profesionales y económicos seguro has escuchado de boca de aquel chico que te trae loquita: “soy poca cosa para ti”, “no te convengo”, “nunca tienes suficiente”, “eres muy ambiciosa”, “no soy ni la mitad de lo que tú eres”, […]
Por Susana Meléndez @sussybombon
Si eres una mujer que puede pagar sus cuentas, tienes objetivos personales, profesionales y económicos seguro has escuchado de boca de aquel chico que te trae loquita: “soy poca cosa para ti”, “no te convengo”, “nunca tienes suficiente”, “eres muy ambiciosa”, “no soy ni la mitad de lo que tú eres”, “ya sé que ganas más que yo”. Es muy extraño ya que seguramente son ideas que jamás cruzaron por tu cabeza, sin embargo son sentimientos que él tiene y que de un modo u otro siempre tendrá.
No soy experta en hombres, solo tuve par novios hasta hoy pero la mayoría de mis citas tienen ese síndrome, cuando me dicen “soy poca cosa para ti”, me quedo pensando si realidad soy “mucha” o “poca” cosa para otro alguien, o si ese sentimiento se genera a partir de la percepción del resto de las personas hacia tu pareja, pero ¿de dónde proviene eso de decidir para los demás qué es bueno o qué es mejor o qué es poco para uno? Yo creo que nadie sabe qué es mejor para mí, que yo misma, ¿por qué él, mamá, papá o mis amigos piensan que saben mejor que yo qué es lo que necesito?
Ahora bien, ¿qué es eso de ser poca cosa? En primer lugar, hay que dejar claro que nadie debería entenderse a sí mismo como una “cosa”, sino como una persona. Lo mejor entonces, sería decir que alguien es “poca persona para ti”, esto significa: alguien con pocos sentimientos, carente de sueños, carente de metas en la vida, eso sí sería poco para mí; por el contrario, alguien que vive, que ríe, que disfruta, que ama, que se apasiona, no puede ser poco para nadie.
Pareciera que las mujeres de éxito en la actualidad estamos castigadas, como si destacar en la sociedad fuera algo malo o como si nos salimos del molde y ya no encajáramos. Como personas no deberíamos mirarnos como “más” o “menos” que nadie. Somos personas simplemente somos diferentes y ¿qué si lo que me hace feliz me deja poco dinero? Me hace feliz y punto, eso me hace una gran persona y si por el contrario lo que me apasiona me deja mucho dinero es igual de maravilloso.
Como mujer les digo chavos, no necesito alguien que de titulo o cuenta bancaria sea “mucho” necesito alguien que quiera estar conmigo, disfrutar la vida, bailar, reír, cantar, hacerme sentir tranquila, hacerme cosquillas, caminar en el parque, jugar con mi sobrino, que me mire y me sienta especial, que cuando me vea me coma a besos, que me dedique canciones, no importa si al final voy a pagar mi parte de la cuenta, eso no es malo, mientras él también este disfrutando su vida, haga lo que le apasiona y comparta conmigo la felicidad.
Por eso les digo, chicas, no permitan que un “niño” les haga sentir que es malo tener dinero y/o poder, no permitan que un “pre -juicioso” les incite a pensar que todos son iguales, les aseguro que hay alguien que existe tal cual lo necesitan, no se conformen, no se acostumbren a lo que tienen, no tienen que acostumbrarse a algo que no les gusta, que no las hace felices, que no las hace vibrar, les aseguro que lo que sobra en el mar son peces.