No puedes sanar en otros, lo que no has sanado en ti

Suele ser muy común que aconsejemos a nuestros amigos o familiares sobre como deberían de ser o hacer las cosas, pues es muy sencillo ver la viga en el ojo ajeno como dirían por ahí. Y peor aún si acabamos de aprender algo nuevo o sentimos que estamos empezando a cambiar cosas en nuestra vida […]

Foto: Internet

Suele ser muy común que aconsejemos a nuestros amigos o familiares sobre como deberían de ser o hacer las cosas, pues es muy sencillo ver la viga en el ojo ajeno como dirían por ahí. Y peor aún si acabamos de aprender algo nuevo o sentimos que estamos empezando a cambiar cosas en nuestra vida es el pan de cada día el querer que la gente importante para nosotros también aprenda estas nuevas ideas, pero momento

Cada persona tiene su propio ritmo y necesidad de crecimiento, y no todos estamos preparados para hacer cambios importantes en nuestra vida por eso es básico que aprendamos a respetar los procesos de los demás y sobre todo saber que la única manera de lograr un cambio en nuestro entorno es cambiando nosotros mismos.

Una de las mejores cosas que puedes hacer es enfocarte en ti, pues no puedes sanar en otros lo que no has sanado en ti, lo que es lo mismo no puedes pedir algo que tú no das. ¿Cuánto tiempo más vas a postergar tu felicidad y todas esas cosas pendientes que tienes? 

Foto: Internet

Empieza por ti, logrando esos cambios que tanto deseas, recuerda que tu buen ejemplo dirá más que un consejo no solicitado a los demás. Solo desde arriba se puede ayudar a los demás, así que primero cuida de ti, date a ti y cambia tú y una vez que estés arriba podrás ayudar a subir a los demás.

Cuando por fin decides sanar, el proceso no siempre es fácil, pero siempre vale la pena porque te conviertes en la mejor versión de ti y ya no sientes esa necesidad de salvar a otros, no proyectas en ellos lo que te falta, lo que te duele, lo que te molesta, por fin te sientes completa. 

Cuando sanas aprendes a callar, a no resolver problemas ajenos sino a llevar una vida tranquila, dichosa y ordenada, es cuando te conviertes en inspiración para otros porque demuestras que si tú puedes, ellos también. 

Comentarios

Comentarios