A pesar de la controversia que ha causado en los últimos años, la lactancia es una actividad natural que animales y seres humanos llevan a cabo y disfrutan desde hace milenios. No solo es la primera fuente de alimento para los bebés, sino que esta práctica contribuye a la creación y fortalecimiento del lazo afectivo […]
A pesar de la controversia que ha causado en los últimos años, la lactancia es una actividad natural que animales y seres humanos llevan a cabo y disfrutan desde hace milenios.
No solo es la primera fuente de alimento para los bebés, sino que esta práctica contribuye a la creación y fortalecimiento del lazo afectivo madre e hijo, sino que también permite un sano desarrollo para el bebé.
Beneficios para la madre
El colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) asegura que la lactancia permite a las madres perder el peso extra, ganado en el embarazo, de una manera más rápida.
Sabemos que el embarazo es un proceso de cambios físicos externos e internos que conllevan una lenta recuperación, por lo que dar pecho al bebé facilita la contracción del útero tras el parto, así como la disminución de hemorragias e infecciones posparto. De igual modo, el Hospital Quirónsalud Sur, explica que la aceleración en estos procesos de recuperación tiene relación con el aumento de oxitocina y prolactina durante la etapa de lactancia, creando sensaciones positivas en madre e hijo y disminuyendo la probabilidad de la depresión posparto.
Otros de los grandes beneficios de esta práctica es que se reduce la incidencia del cáncer ovario y útero. De acuerdo a los informes de la Asociación Española Contra el Cáncer, la lactancia reduce el riesgo de cáncer de mama, siempre y cuando ésta sea de manera prolongada; el riesgo se reduce en un 4,3% por cada 12 meses de lactancia, sumándose otro 7% de reducción del riesgo por el parto.
Beneficios para el bebé
Sin duda los bebés son quienes más se benefician de esta actividad, pues además de recibir su primer alimento, los componentes de la leche materna les ayudan al desarrollo del sistema neurológico e inmunitarios, protegiendolos de diversas infecciones como auditivas, digestiva o respiratorias; a las que se enfrentan en sus primeros días de vida.
Además del fortalecimiento del sistema inmunológico, prolongar la lactancia después de los seis meses permite al bebé un correcto desarrollo de la estructura bucal y dental.
Asimismo, estudios realizados por la Universidad de Granada, indican que la lactancia puede ayudar a prevenir el sobrepeso en la vida adulta, pues predispone los buenos hábitos alimenticios en un futuro.